ÚLTIMAS NOVEDADES EN CANTABRIA: 1 ejemplar de Avetoro común (Botaurus stellaris) en las marismas de Alday (Juan Pardo, 28/12/2022). 1 ejemplar de Colimbo ártico (Gavia arctica) en el estuario del Asón (Alejandro García, 26/12/2022). 1 ejemplar de Ánsar piquicorto (Anser brachyrhynchus) en la ría de La Rabia (Máximo Sánchez, 01/01/2023). 4 ejemplares de Negrón especulado (Melanitta fusca) en el estuario del Asón (Alejandro García, 26/12/2022). 7 ejemplares de Serreta mediana (Mergus serrator) en el estuario del Asón (Alejandro García, 26/12/2022). PARA MÁS ACTUALIDAD VISITAR LA WEB: http://aves.eldelweb.com/Cantabria/noticias

miércoles, 19 de agosto de 2015

Pasando buenos ratos en Bárago...

Por tercer verano consecutivo uno de mis mejores amigos me invitó de nuevo a pasar unos días en su pueblo, Bárago (en Liébana, Picos de Europa), lugar del que ya he hablado anteriormente en este blog.
En mi primera visita nos centramos sobretodo en las mariposas más comunes de la zona, y la segunda vez realizamos una fantástica ascensión al Pico Bistruey. En esta ocasión, sin embargo, nos lo hemos tomado con más calma con el objetivo de disfrutar de los grupos faunísticos más cercanos al pueblo.


Para comenzar dejaré alguna de las mariposas que se congregan para beber a orillas de un arroyo que cruza el bosque. Eso sí, para no ser repetitivo sólo pondré especies que no aparecieron en la primera entrada.

Ícaro (Polyommatus icarus)

Niña coridón (Lysandra coridon)

Náyade (Celastrina argiolus)

Morena (Aricia cramera)

Dorada línea corta (Thymelicus lineola)

Dorada orla ancha (Ochlodes venatus)

Perlada rojiza (Clossiana euphrosyne)

Pedregosa (Lasiommata maera)

Me gustaría destacar a las siguientes, la Sortijitas y la Ninfa de bosque, dos preciosidades que en España sólo encontramos en la Cordillera Cantábrica.

Sortijitas (Aphantopus hyperantus)

Ninfa de bosque (Limenitis camilla)

Entre los insectos voladores el arroyo no sólo ofrece mariposas.
Aquí también habitan odonatos, y nosotros concretamente hemos citado dos: la Libélula tigre y el caballito de la especie Calopteryx virgo.


Libélula tigre (Cordulegaster boltonii)

Calopteryx virgo

Ahora damos paso a la herpetofauna. Por un lado tenemos a los reptiles, representados por las lagartijas roqueras y un lagarto verde que se nos escurrió, y por otro lado a los anfibios que habitan los pilones y fuentes del pueblo, como los sapos parteros o las salamandras comunes.

Lagartija roquera

Sapo partero común, en proceso de metamorfosis

Larva de Salamandra común

Ya por el día habíamos detectado guano en la parte trasera de la casa.
Por la noche volvimos otra vez y tuvimos la suerte de toparnos con su responsable, un murciélago pequeño de herradura. 

Murciélago pequeño de herradura

Y cómo no, también hay que hacer mención a las aves.
Por ejemplo al papamoscas gris, que aquí es un reproductor habitual.

Papamoscas gris

Esta pobre curruca capirotada chocó por algún motivo y quedó inconsciente en la calle, quedando expuesta bajo un sol abrasador. La encontramos deshidratada y en muy mal estado, de modo que nos ocupamos de ella hasta el final del día, momento en el que ya estaba plenamente recuperada y pudo volver a su medio.

Curruca capirotada, hembra

Uno de los grandes protagonistas fue el colirrojo real, una pareja que tenía ubicado su nido bajo el alero de la casa vecina, y al cual ambos progenitores aportaban cebas de forma continua.



Colirrojo real, macho


Colirrojo real, hembra

Pero si la zona llama la atención por algo es por su abrumadora densidad de picos medianos, y aunque diariamente frecuenten los huertos del propio pueblo nosotros decidimos ir a buscarlos a lo profundo del bosque.




Pico mediano

Cerraré la entrada con esta foto de alimoche, especie que se suma a la gran lista de rapaces que pueden verse sobrevolando Bárago.

Alimoche

¡Espero que os haya gustado!


jueves, 13 de agosto de 2015

El Curavacas, todo vida y paisaje

Un año después del fructífero ascenso al Espigüete, mi padre y yo nos aventuramos de nuevo por las altas cotas de la Montaña Palentina.
En esta ocasión nuestro objetivo era el Curavacas, y lo subiríamos partiendo desde Cardaño de Arriba, atacando así el pico por la más bonita cara norte.

El Curavacas, desde la carretera

Al amanecer ya estábamos en marcha, y los pájaros madrugaron con nosotros. Escribanos cerillos, pechiazules e incluso un par de mirlos capiblancos fueron algunos de los que se dejaron ver, pero curiosamente fue uno de los más tímidos el único que posó para una foto: la curruca mosquitera.

Curruca mosquitera

Avanzamos sin pausa por el valle, dirección al Collado del Vés, vigilados muy de cerca por las Agujas de Cardaño, la imponente Peña Prieta y el propio Espigüete. Para ver al Curavacas aún nos faltaba mucho...


Pedregosa (Lasiommata maera)

Agujas de Cardaño

Peña Prieta

Espigüete

Poco a poco fuimos ganando altura, atravesando una zona de matorral que resultó ser un auténtico quebradero de cabeza.
Por lo menos se compensó con las primeras observaciones de herpetofauna, correspondientes a una lagartija de Bocage y un sapo común.


Lagartija de Bocage

Sapo común

Rápidamente quedamos sorprendidos por la abrumadora cantidad de mariposas Apolo (Parnassius apollo) que revoloteaban por el lugar, desgraciadamente demasiado activas para una foto. Todo lo contrario ocurrió con las erebias cantábricas (Erebia palarica), menos frecuentes pero más agradecidas.

Erebia cantábrica o Montañesa gigante (Erebia palarica)

Finalmente alcanzamos el Collado del Vés.
Atrás dejamos el Espigüete y el camino recorrido...


...y hacia delante el Curavacas y lo que aún nos queda por andar.


Lo que habíamos subido ahora tocaba bajarlo, descendiendo de este modo rumbo a la base del pico, donde se encuentra el Pozo Curavacas.
Durante este tramo no faltaron ni bisbitas alpinos ni collalbas grises.


Bisbitas alpinos (adultos)

Bisbita alpino (juvenil)

Una vez en el Pozo Curavacas hicimos una parada para comer y disfrutar de esta laguna. En sus frías aguas pudimos ver varios ejemplares de trucha común...

Pozo Curavacas, a los pies del Pico Curavacas


Pozo Curavacas

A medida que recorríamos el margen del agua parecía que la presencia de anfibios era nula, pero resultó que estaban todos escondidos bajo la oquedad formada en la orilla, a resguardo del implacable sol que ese día nos ajusticiaba con 30ºC. Entre ellos se encontraban las ranas bermejas y los sapos parteros, y los tritones alpinos seguramente harían lo propio en las zonas más profundas.

Rana bermeja

Sapo partero común

Humedad y turberas hacen de éste un sitio muy propicio para plantas de los géneros Pinguicula, Drosera, Dactylorhiza o Gentiana.

Pinguicula grandiflora


Drosera rotundifolia

Dactylorhiza sp.

Gentiana sp.

Proseguimos nuestro camino, siendo ya el momento de la ascensión seria.
Aún nos esperaban mucha roca y mucho camino por delante...


De espaldas al Curavacas...


Algo con lo que no contaba (por contraste con el Espigüete) era el gran número de arroyos y cascadas que brotaban de la ladera, incluso ya muy arriba, lo que mantenía prados muy verdes, húmedos y llenos de vida.
Un ambiente que las lagartijas de turbera adoran.


Lagartija de turbera

Zoom al Naranjo de Bulnes (asomando a la izquierda de la foto), localizado en el Macizo Central de los cercanos Picos de Europa.

Naranjo de Bulnes (izqda.)

Como sé que en el Curavacas se han reintroducido cabras montesas estuve muy atento durante toda la jornada por si se dejase ver alguna.
No hubo suerte, pero me conformé con este grupo de rebecos cantábricos.





Rebecos cantábricos

Ya sólo nos quedaba una larga subida por la pared vertical, que implicaba varias trepadas sin mayor dificultad. Aquí tuvimos una breve observación de treparriscos, además de ambas especies de chovas y un saltamontes áptero de alta montaña endémico de la cordillera cantábrica.
Todo ésto a un lado de las vistas, que eran soberbias.


Chova piquirroja

Pozo Curavacas, visto desde lo alto

Vistas hacia la vertiente sur

Podisma carpetana ssp. ignatii

Vistas de la cresta, con el Espigüete al fondo

¡¡Y ya estamos arriba, el Curavacas queda conquistado!!
Sus 2.520 msnm lo convierten en el segundo mayor pico de la M. Palentina, superado por unos pocos metros por el Pico del Infierno (Peña Prieta).

En la cima del Curavacas (2.520 msnm)

Vistas desde la cima del Curavacas

En muchas cumbres suele haber algún animal acostumbrado a los montañeros en busca de restos de comida, y en esta ocasión le tocó al acentor alpino.


Acentor alpino

La siguiente está hecha con el móvil...

Acentor alpino

Una vez llegados a este punto sólo nos quedaba volver de nuevo a Cardaño, un camino que igualmente se haría largo. Para terminar dejaré estas fotos...

Muy a lo lejos se llegaba a distinguir el embalse de Aguilar de Campóo

Yo tocando el famoso cencerro de la cumbre


¡Espero que os haya gustado!